El 12 de Junio de 1979 nació en la
localidad de Bernal, partido de Quilmes, Diego Alberto Milito. Hijo de
Mirta y Jorge, antecesor de Gabriel, su hermano 15 meses menor . Aún se oyen
los gritos de Mirta, llamando a Diego para que se ponga a estudiar. Él, tenía
otros planes.
El club
Viejo Bueno de Quilmes disfrutó de las primeras gambetas y de un remate que a
los 9 años ya causaba estragos. Allí compartió sus primeros pasos con Gabi,
pero rápidamente tomarían caminos diferentes. Impulsado por el amor y el
fanatismo que le transmitió su abuelo, en 1989 Diego fue a probarse a Racing
Club de Avellaneda. Gabriel, al
eterno rival, Independiente. Ambos lograron su cometido y allí comenzó una
rivalidad fraternal histórica.
Con edad de infantiles comenzó su
trayectoria en la academia y así escaló hasta la octava división, momento en
que colgó los botines por un año. Con otra mentalidad y con el apoyo
incondicional de sus padres decidió volver al ruedo en séptima con el objetivo
de ser un futbolista profesional.
El gran día. 27
de Abril de 1997. Diego Milito convierte 4 goles en el clásico de
Avellaneda y Racing se impone 6-2 sobre Independiente. Por supuesto, aún es en
quinta división. Esto no impide que su nombre comience a retumbar en los
pasillos del estadio Presidente Perón. Mientras Diego llega a cuarta y su
sueño comienza a verse cada vez más cerca, Racing Club vive en 1998 la peor
etapa institucional de su historia.
El Presidente Daniel Lalín pide la quiebra
del club el 10 de Julio de 1998 y el 13 de ese mismo mes, el juez Gorostegui
decreta la quiebra. Por decisión del juez, las riendas del club quedan en
manos de uno de los personajes mas siniestros en la historia de Racing, la
síndico Liliana Ripoll. El 4 de Marzo de 1999 se ordena desde la cámara de
apelaciones de La Plata la liquidación de todos los bienes de la academia:
Jugadores, sedes y estadio. Para Ripoll, "Racing había dejado de existir"
¿Que sería de la vida del Príncipe?.
Continuará...